Autor: Dr. Miguel A. Arrieta Morales
Parte 1
El término estructura se utiliza en el campo del arte y la técnica de proyectar, diseñar, construir y modificar el hábitat físico del ser humano, como lo son la disciplina de la arquitectura o la ingeniería. Sin embargo, el concepto no tiene que restringirse y ser exclusivo de estos campos, puede ser aplicado al nivel abstracto, más allá de estructuras físicas, para ser aplicado a nivel del pensamiento. En este artículo haremos referencia a una estructura de pensamiento, la cual ayuda a desarrollar una cultura.
Empecemos por destacar el elemento de una cultura en las empresas, y aunque puede ser aplicado a otras organizaciones podemos de aplicarla a esta en particular. Una cultura se puede definir como el conjunto de ideas – los conceptos del mundo – a través de las cuales las personas tienen un marco de referencia que les permite identificarse consigo mismas, con su entorno y con los demás. Entre los conceptos bases están presente los valores, esto es, aquello a lo cual se le da importancia; las actitudes ante los acontecimientos y los fines por alcanzar.
Las organizaciones tienen sus valores que otorgan sentido a las relaciones entre las personas y orientan sobre cuáles son los propósitos importantes. Para efectos de nuestro estudio, la cultura no es un fenómeno que se presenta espontáneamente. Es un sistema que se puede crear, diseñar por él, o equipos de líderes que afectan los fines, la convivencia y su relación con el entorno y se expresa en cada decisión en los procesos y actividades.
En la empresa las relaciones entre proveedores de servicios directos, compañeros, supervisores y los gerenciales hasta los directores se moldea de acuerdo con la cultura a la que se aspira. Todos los relacionados van adquiriendo la noción de aquello a lo cual hay que darle importancia y de cómo debe conducirse en su relación con otros integrantes de la empresa al igual que con los usuarios o clientes.
Establecer una Cultura de Servicio, compartida por todos, se traduce en eficiencia. Resulta ser costo efectivo, por ejemplo, tomar decisiones, establecer expectativas, trabajar en nuevas ideas y evaluar en base a un modelo gerencial uniforme. Las prácticas gerenciales se evalúan a tono con los criterios establecidos por la Cultura de Excelencia y esta nueva visión en la gerencia se esparce en los demás miembros de un equipo de trabajo.
En el siguiente artículo continuaremos ampliando sobre cómo fomentar una nueva estructura de pensamiento para cultivar una cultura de excelencia.