La Ética en los Líderes

LA ÉTICA EN LA ORGANIZACIÓN

Análisis de Convivencia para la

Eficacia Empresarial©IDH

PARTE I

Por: Dr. Miguel A. Arrieta Morales

INTRODUCCIÓN

Todo parece indicar que hay contradicción entre la ética y la eficacia en los resultados, particularmente en los económicos, de que ambos términos no mezclan.  Si bien esto puede lucir como cierto, durante este análisis estudiaremos cómo tomar en cuenta el criterio ético incide directamente en la eficacia de los resultados en las organizaciones. Atender el tema ético alerta prever conflictos y prácticas del corto placismo que tanto daño hacen para lograr que una empresa sea auto sostenible y tenga carácter permanente.  Quienes toman decisiones en ausencia del tema ético estarán propensos a optar por alternativas que en un principio pueden brillar como resultados prometedores, pero de dudosa justificación en resultados a largo plazo. Otra importante razón para atender el tema de los valores éticos es que proveen un sentido de coherencia y continuidad en rumbos a asumir. Tercero, las actividades y los esfuerzos quedan justificados, un aspecto transcendental para la revitalización de equipos empoderaros, de manera que nace la voluntad para llevarlos a cabo.

Los conceptos tan importantes que estudiaremos se destacan por definir qué entender por ética y sus implicaciones en el desarrollo personal y profesional; y las relaciones entre el personal y el clima organizacional. También hemos de estudiar su impacto en la productividad empresarial, en su carácter e identidad, así como el desarrollo de carrera alineado con los fines y objetivos estratégicos.  En definitiva, el sentido ético impacta directamente en el carácter de la empresa, logros sostenibles y la satisfacción de todas las personas relacionadas con la institución.

Este estudio tiene sus límites dado que no se pretende desarrollar sobre diferentes teorías éticas y sus fundamentaciones.  El tema de los modelos teóricos de ética es fascinante, más por lo pronto hemos de analizar y desarrollar prácticas organizacionales alineadas a un modelo particular de teoría ética. Por ello estudiaremos implicaciones de la Ética de Respeto Aplicada al quehacer empresarial, su significado en la convivencia y el carácter de la empresa. Identificaremos como se implica la Ética de Respeto, su impacto, en la eficacia de las empresas y las organizaciones en general.

Durante este ensayo hemos de identificar conceptos básicos de la Ética fundamentada en su aplicación del Modelo de Respetar al Ser Humano. Las ideas a presentar recogen una trayectoria de cerca de 30 años de estudio del significado, compresión y aplicación ética en el quehacer de las actividades en las organizaciones, en particular en las empresas con y sin pecunio. Los diferentes servicios relacionados a temas de empresas y economía me permitieron recoger unas experiencias sobre las cuales he podido levantar varios análisis de cómo se implica la ética, el  cual espero comunicar efectivamente durante este breve artículo. Un  artículo que tuvo una primera versión hace cerca de 15 años y que hoy retomo, por sugerencia de mi hija Cristina, para su actualización y enmarcar el mismo en los conceptos éticos adquiridos durante estos años.  Las prácticas son las mismas, ahora enriquecidas mediante conceptos claves del campo ético.

Líder Ético

A.  Ética: Repensar Funciones del Líder

Las ideas a analizarse competen de cerca a los líderes puesto que,  realizar sus funciones apoyadas por dimensión ética, implica repensarse como líder. Toca revisar y restablecer fines, estructuras y desarrollar procesos gerenciales para fomentar prácticas enmarcadas en el tema ético. Su interés, orientado hacia obtención de resultados, toca primero: el gran tema de satisfacción de los relacionados y, segundo: el establecimiento de una eficaz convivencia para logros de metas. El interés del líder para fomentar el desarrollo, ha de tomar en cuenta el potencial del personal para, en la medida de lo posible, queden satisfechos en sus aspiraciones particulares.  Corresponde al líder decidir si persigue o no que el entorno laborar esté enmarcado en un ambiente productivo y satisfactorio; y fundamentar procesos que fomenten la colaboración entre personas, equipos y áreas.  Igual, debe atender qué modelo de cultura de empresa fomenta, es decir, cuáles son los valores y conocimientos que el personal asume para apoyar su toma de decisiones.

En los cálculos del dirigente, puede que sólo estén presentes criterios de conveniencia, utilidades y resultados económicos en los cuales los análisis éticos pueden brillar por su ausencia.  Es posible hacer empresa de esta forma, sin embargo, pierde una dimensión de oportunidades para desarrollar una proyección a largo plazo: enriquecer los análisis estratégicos. Apoyado en fines orientados hacia el bien, fines que aporten al bienestar de otros, obtiene confianza propia y de los otros. Sus funciones serán más retadoras que redundarán en mayor satisfacción de sí mismo y de otros

En decisiones de empresas, nunca la información está completa, el estado natural siempre es de incertidumbre. En tal estado natural donde impera el riesgo, conviene tener certeza propia de estar orientado por fines que promuevan bienestar.  Tomar en cuenta criterios éticos en su análisis de decisiones provee razones al líder para quedar satisfecho separadamente de los resultados. Insisto, en que precisamente la incertidumbre justifica tomar decisiones apoyado por valores éticos, lo que viabiliza certeza en el actuar de manera correcta. Su satisfacción y sentido de éxito es independiente de los resultados específicos de sus decisiones. Esto puede dar cuenta de sus posturas o lo que se conoce como “accountable”. Por el contrario, orientarse solo por resultados, digamos de tipo rentables, produce un análisis incompleto, y al momento de dar razones sus análisis quedan truncos. Incorporar criterios éticos y sus significados en la toma de  decisiones prevé el análisis de corrupción.

Un aspecto a tomar en cuenta es que hay tantos códigos de ética como los que se quieran establecer.  Ahora bien, sin pretender ser moralistas, nuestra orientación moral se rige por el principio de respeto. En los asuntos que el líder atiende, cuando toma en cuenta al ser humano como centro y fin de todas las actividades, tiene un gran significado e impacto en el comportamiento de los otros y el quehacer empresarial en general.  Fundamentado en el desarrollo humano, el respeto implica nuevas maneras de entender en qué consiste administrar y gestionar en la empresa. Esto significa abrir espacios para que las estructuras y procesos  estén alineados a hacia el apoderamiento “empowerment” de las personas. Respeto implica atender el interés, la finalidad de la personas. Es un principio a tomar en cuenta en sus análisis. Su desempeño consiste en preguntarse; cómo esta idea, proceso, producto, escuela etc., sustenta el interés de la persona.

La ética atiende el tema de qué es lo bueno y el modelo de respetar conlleva considerar los fines de las personas, promover su potencial y máxima plenitud.  Plantear la pregunta, cómo hacer para que las personas logren sus aspiraciones es un paso de avance en su quehacer como líder.  Abre posibilidades y alternativas para sostener diálogos sobre cómo debe proceder, cuáles son los fines a tenerse en cuenta hacia el cliente interno o externo, y cómo lograr los mismos sin lastimar a las personas.  Este interés en el tema ético enfatiza la interacción entre personas para obtener conclusiones sobre qué fines perseguir, que produzcan el mayor bien y cómo ser alcanzados. El compromiso de actuar correctamente al modelo de respeto hace que sea la Fortaleza en la organización.

Procesos que viabilicen diálogos en la organización, orientan las actividades para análisis en torno al correcto proceder, el cual comporta gran inversión de tiempo para el estudio.  El compromiso de tomar en cuenta propósitos y/o fines de otros dentro del cálculo, una compresión de considerar al personal en los resultados, implica hacer reingenierías de procesos.  Es ir más allá que utilizar a las personas como medios en los fines de la institución.

Si en una compresión de Ética Mercantil, las personas son recursos desechables que  se disponen para fines ajenos a sí mismo y carecen de significado, a lo más que pueden aspirar es a ser recursos útiles, que al igual que los demás recursos se le manipulan, deprecian y desechan.  La Ética de Respeto, por otra parte, ubica la persona en posición central a la hora de  establecer fines, partir y considerar los intereses y propósitos de los participantes. Son al fin y al cabo los protagonistas y ejecutores, su involucración en su propio desempeño debe tomarse en cuenta.

Por otro lado, una Comprensión Política, que reza la famosa frase “El fin justifica los medios” tampoco llenan las expectativas de atender y partir de las finalidades de las personas. Esta compresión, cuyo fin es lograr metas comunes, requiere sacrificar fines particulares.  El político, en su avidez de lograr objetivos por las metas comunes, no toma en cuenta, ni calcula los sacrificios o costes que las personas solventan en sus fines particulares. Por alcanzar fines comunes se descuida el impacto en los fines particulares de los demás, al punto que las personas pierden razones para continuar en condiciones y lugares que no avanzan en sus fines. Tal compresión política en ocasiones llega al punto de pretender que los demás se enajenen por completo de sí mismos y sean felices. Este tipo de liderazgo pretende ser justificado por ideologías y modelos de teorías que cada vez están más lejos de los intereses específicos de las personas.

Es cierto, vivimos en comunidad, y esto exige acuerdos de sacrificios de fines particulares por el bienestar común. Un líder ético ha de estar atento sobre en dónde “tirar la línea”. Las personas están conscientes de sus sacrificios y a la vez están atentos del retorno de bienes sociales que esperan recibir, y que justifica lo que ceden.  El líder ético tiene un interés genuino en el bienestar de su personal y habrá de demostrar tal interés en la medida que brinde las razones en aquellas ocasiones en que las personas deben ceder sus fines personales por los fines comunes a perseguir.

Implicación:

Mientras que para el líder político las metas justifican sacrificar el interés de las personas, para el líder, en un marco respeto, actuar correctamente precisa el respetar preferencias de las personas.  El valor para el líder consiste en atender las metas para hacer discernimientos éticos, hasta donde sea posible, dentro de la institución para desarrollo de las personas.  Contrario a requerir sacrificios, el líder orientado por el respeto dirige su atención a la educación. Dado que es un asunto de preferencias y hay razones para perseguir las máximas aspiraciones, el líder utiliza la educación como medio para dirimir sobre mayores bienes a los que al presente se puede tener. Continuamente asume una actitud crítica si las actividades y procesos facilitan los fines y, segundo, se pregunta qué otros bienes se pueden obtener, qué nuevos resultados se pueden alcanzar y qué nuevos valores se pueden entregar a los demás.

En la medida en que las personas aprecien el valor de la ética del líder, tienen razones para brindarle su confianza y es aquí donde estriba la Fortaleza de la empresa.   Cabe notar que para el líder ético esta es una tarea, no de mayor esfuerzo, sino de sobre a qué prestar atención, a qué tener presente al momento de tomar decisiones dentro de tantas variables que enfrenta en el día a día.  Fomentar relaciones de bien-estar, tener claro qué aspectos facilita su toma de decisiones, qué cosas no son relevantes; cuáles objetivos contradicen, mantener coherencia de sus actos con su código de respeto y aprovechar los momentos más adecuados para avanzar en fines y actividades que están en armonía con los principios hacen la función del líder una bien apasionante. Todo ello se traduce en eficiencia en el desempeño.